La rinomodelación es una técnica en cirugía estética que ha crecido hasta un 20% respecto a años anteriores como solución a los pequeños retoques de nariz.
En este post vamos a explicarte en qué consiste esta técnica y cuáles son las diferencias respecto a la rinoplastia.
Qué es la rinomodelación
La rinomodelación permite realizar pequeños retoques en la nariz sin que haya necesidad de pasar por el quirófano. Por lo tanto, nos evitaremos todo el proceso posoperatorio y las molestias asociadas a ello.
Esta técnica la llevamos realizando bastantes años, pero no ha sido hasta ahora que empieza a ofrecer resultados más que positivos. En un principio, los resultados solo eran temporales, necesitando realizar retoques a los dos años de la intervención.
Pero en la actualidad se ha avanzado mucho con esta técnica, y ya nos permite conseguir resultados permanentes.
Esto depende del relleno que utilicemos para modificar la nariz.
La realidad es que esta técnica es utilizada tanto por hombres como por mujeres en edades comprendidas entre los 18 y los 55 años. No recomendamos realizar esta técnica a menores de 17 años, ya que la forma de la nariz aún puede cambiar con la edad.
Cómo es el proceso
Con esta técnica lo que logramos es modificar la curva natural de la nariz. Por ejemplo, si tienes una nariz tipo aguileño o con la punta hacia abajo.
Los resultados, como te hemos comentado, pueden variar desde un tratamiento temporal (puede durar hasta un año) o un tratamiento permanente.
Tratamiento temporal
Utilizamos una serie de infiltraciones con ácido hialurónico consiguiendo un resultado visible durante un año aproximadamente.
Tratamiento permanente
La técnica es prácticamente la misma, pero rellenamos con filler metacrill y el efecto es visible inmediatamente y sin cirugía.
Diferencias con la rinoplastia
Este tratamiento es más barato que una rinoplastia y, además, puedes seguir con tu vida laboral y social desde el primer momento, ya que no necesita aparatosos vendajes.
El cirujano será el encargado de realizar un estudio previo en el paciente para determinar cuál es la mejor técnica para cada caso.
Dependiendo del perfil del paciente (miedo al quirófano, dudas acerca del resultado…) procederemos a realizar la técnica adecuada. Hay que ser muy conscientes de que ambos tratamientos modifican nuestra expresión y debemos estar seguros y perfectamente informados de qué es lo que queremos hacer.
Quién puede someterse a este proceso
Lo ideal es que el paciente no tenga demasiadas imperfecciones o que estas no se encuentren demasiado marcadas. Por ejemplo, si tienes una protuberancia puedes realizar este tratamiento. De hecho, sería el más adecuado.
Como has podido comprobar, es un proceso sencillo y rápido que estiliza tu nariz para lograr una armonía perfecta en tu rostro. En solo unos minutos podrás volver a tu casa sin molestos vendajes ni posoperatorios complicados.
Si lo que necesitas es cambiar el tamaño de tu nariz, este no sería tu tratamiento. Ese tipo de cambios necesitan de una cirugía, por lo que lo recomendable sería realizar una rinoplastia.
La rinomodelación es el tratamiento perfecto para estilizar tu nariz con pequeños retoques y sin cirugía.
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